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Utilizar proyectores como soporte audiovisual en eventos se ha convertido en algo totalmente normal. Pero ¿sabías que existen tanto pantallas de proyección trasera como frontales? Si has llegado hasta aquí, seguramente estés interesado en saber cuáles son las diferencias y cuál es la mejor opción para tu evento, ¿verdad? No te pierdas nada de este artículo si quieres encontrar respuesta a estas y otras preguntas sobre proyección en eventos.
Si prefieres visualizar el contenido de este artículo en vídeo, puedes hacerlo aquí:
¿En qué consiste la proyección frontal?
La proyección frontal es la que todos conocemos y seguramente hemos utilizado muchas veces, tanto en eventos como en nuestra vida personal. Su configuración es sencilla: se coloca el proyector frente a una pantalla o una pared blanca y el haz de luz del proyector traslada la imagen al frente de los espectadores.
Si disponemos de espacio y de la infraestructura correcta, la proyección frontal es ideal. Tan solo colocamos el proyector delante de una pantalla de proyección y listo, ¡que empiece el espectáculo! Esta clase de proyección ofrece una gran calidad de imagen y un montón de oportunidades, aunque hay que tener en cuenta varias cosas.
Lo primero, es la posición del proyector respecto a la pantalla. Lo ideal es colocar el proyector colgado del techo, pero si esta opción no es viable, a veces su instalación puede suponer costes adicionales, la alternativa es utilizar algún tipo de soporte, como un tótem de truss o un carrito auxiliar por poner algún ejemplo.
Es algo que hay que calcular y estudiar detenidamente, ya que, de otra forma, podemos tener problemas de sombras si alguien pasa por delante. La gran ventaja es que no es necesario utilizar una pantalla de proyección específica, podemos utilizar cualquiera, ya sea tipo trípode, enrollable o pantallas Fast Fold.
¿Y la proyección trasera o retroproyección?
La mayoría de nosotros estamos bastante familiarizados con la proyección frontal, pero no tanto con las pantallas de proyección traseras. Conocida también como «retroproyección». Consiste en colocar el proyector detrás de la pantalla, en lugar de hacerlo del lado del público. Este método puede resultar realmente práctico en algunas situaciones.
La gran ventaja de la proyección trasera es que evitamos cualquier tipo de sombra, algo que puede ser muy molesto e incluso arruinar la experiencia de los asistentes. Como el proyector se coloca detrás de la pantalla, es improbable que alguien se interponga entre la misma y el haz de luz del proyector. La mayoría de proyectores son compatibles con la retroproyección, tan solo será necesario reconfigurar esta opción, ya que, por defecto, está configurado para una proyección frontal.
También necesitarás una pantalla de proyección trasera si quieres conseguir un óptimo resultado. A diferencia de las pantallas a las que estamos acostumbrados, casi opacas, de color blanco mate, estas suelen ser de un color grisáceo y de tejido semitranslúcido. Lo que significa que parte de la luz (un 30% aproximadamente) se pierde. Por lo que el proyector deberá ser más grande.
La calidad de imagen que se consigue es realmente buena, así que, sin duda, es una gran opción para eventos de todo tipo.
Pantalla de proyección trasera VS frontal: ¿Cuál es la mejor opción?
Elegir entre una pantalla de proyección trasera y una frontal puede ser determinante a la hora de configurar un espacio adecuado para nuestro evento. La realidad es que ambas opciones son buenas, pero deberemos escoger entre una u otra dependiendo de las condiciones de nuestra sala.
A lo primero que tenemos que echar un vistazo es al espacio y diseño de la sala. Optar por la proyección frontal sin tener una línea de visión clara puede traducirse en un problema de sombras. Si estás en esa situación, puede que tengas que optar por la retroproyección.
Por otro lado, debes tener en cuenta que se necesita un espacio por detrás de la pantalla de proyección trasera para que la imagen se vea correctamente. Este aspecto puede resultar beneficioso, ya que incluso puede convertirse en un lugar para que tu partner AV guarde fligt cases vacíos, ubique el control, puede servir también como un lugar donde se preparen los oradores y hasta incluso lo puedes utilizar de almacenamiento. Sin embargo, en salas muy pequeñas, sí que podría suponer un inconveniente.
También es importante prestar atención a la luz ambiental. Como seguro que sabrás, la proyección no se lleva muy bien con espacios muy luminosos y, aunque la diferencia es pequeña, la retroproyección se desenvuelve un poco mejor en este tipo de situaciones. No obstante, para ello, debemos adquirir una pantalla de proyección trasera.
Además, es imprescindible minimizar la luz ambiental proveniente de la parte trasera de la pantalla si queremos conseguir una buena calidad de imagen. Si, por el contrario, podemos controlar fácilmente la luz ambiental del espacio de nuestro evento, la proyección frontal es siempre una buena opción.
Otra de las cuestiones más comunes es: ¿cómo determinamos el espacio que necesitamos?
Sea frontal o retro da igual. Lo más importante es que escojas de forma adecuada las lentes para el proyector. ¡El secreto está en escoger correctamente la distancia de tiro! Y esa distancia es la que está entre el proyector y la pantalla.
Tu empresa audiovisual te puede dar estos datos de forma muy rápida.
Y, por último, pero no por ello menos importante, también debemos tener en cuenta el ángulo de visión de los espectadores. La proyección frontal ofrece un ángulo de visión amplio, mientras que las pantallas de proyección trasera suelen tener ángulos de visión más estrechos, ya que el brillo se reduce considerablemente a medida que el ángulo de visión se amplía.
Como habrás visto en este artículo, disponer de grandes ponentes o grandes realizaciones no es suficiente. A la hora de comunicar, es imprescindible contar con los recursos técnicos adecuados para llegar al corazón de nuestros asistentes. Elegir entre una pantalla de proyección trasera o una frontal puede marcar la diferencia.
